Acerca de la pascua infantil del pasado domingo de ramos
Cuánta ternura demostrada en este momento. Que emoción y destreza por parte de estos niños. Que son los que mejor comprenden el mensaje, y además quienes mejor lo ponen en práctica. Porque su inocencia traspasa todos los límites. Tienen cero orgullo, cero egoísmo, cero rencor. Saben cómo se crea, saben compartir, saben perdonar, saben sonreír.
Si supiéramos escucharles, si no creyeramos tanto que lo sabemos todo, si hiciéramos como ellos y fuéramos un poco más humildes y menos orgullosos, quizás nos quitaríamos tantos prejuicios, tantas envidias, y nos iría mejor.
Un aplauso a estos pequeños grandes actores que nos emocionaron el domingo con su representación de la Pasión.
Experimentaron desde dentro el misterio de la Pasión de Jesús. Descubrieron, se interpelaron, rabiaron con las injusticias, pidieron perdón y perdonaron. E hicieron sus propósitos para seguir adelante.
En los ensayos y la representación, ya ellos han vivido la Pascua. A su nivel, ya meditan, asimilan, eligen, buscan su camino.
Y nosotros con ellos, papás, familia, catequistas, amigos, disfrutando de verlos felices y contagiándonos de sus sonrisas.


